En una nación enfermada por la corrupción y las malas prácticas gubernamentales; con una mediática opositora destructiva; con presencia de politiqueros y politicastros en el congreso; con jueces y fiscales que obran por sobornos e influencias; con monopolios y oligopolios mañosos; y todo ello agravada por las secuelas del Covid, sin duda, ponen peruanos y peruanas en una encrucijada que ahora se convierte en un tremendo desafío que se debe enfrentar con estrategias y decisiones apropiadas dentro el marco de una democracia real.
En esta perspectiva, sugiero que la ciudadanía debiera reaccionar por cuenta propia, y una forma de hacerlo es reactivando y uniendo sus fortalezas, es decir recurriendo a su poder, y el poder de la población es la fuente y la razón que sostienen una convivencia democrática en cualquier parte del mundo. El Perú, al elegir un nuevo gobierno está obligado a corregir y mejorar la gestión de sus antecesores, ya que ellos cayeron en el fracaso y la traición a los intereses de la mayoría.
Y pienso que una forma concreta de participar activamente en la consolidación del desarrollo nacional, sería creando canales adecuados para captar los problemas actuales así como las ideas y las propuestas de soluciones que con naturalidad poseen las mujeres y los hombres que habitan esta patria.
La creación y organización de un BANCO DE IDEAS Y PROPUESTAS CIUDADANAS PARA IMPULSAR EL DESARROLLO DEL PAÍS, podría ser una entidad adecuada encargada de alentar, recepcionar y preservar todas las inquietudes civiles para luego presentarlas a las autoridades y a la opinión pública en general. De este modo todos seríamos partícipes directos de las soluciones y no solamente ser criticadores o esperar que otros decidan por nosotros, tal como hoy sucede. Que así sea.
