No puedo ocultar mi alegría y optimismo porque día a día voy conociendo a personas valiosas en todas partes del planeta. Ello me hace pensar que el positivismo, los valores de la construcción y la siembra de conductas humanas ejemplares, puede convertirse en una corriente cultural mundial y ser aliado del progreso y el bienestar de la humanidad.
Estoy comprobando que en el planeta hay una energía dormida, y el despertar de ésa energía, que se llama "las artes" puede mejorar el futuro, ya que se trata de una actividad poderosa y sana. Sin embargo, por desconocimiento, sistemáticamente fue olvidada, menospreciada y relegada a los últimos lugares de la inteligencia humana.
Hoy, la sociedad se ha inclinado hacia el consumismo materialista de alta velocidad, que es impulsada por la ciencia y la tecnología, el mismo que si bien ofrece beneficios directos, también genera una des-humanización atroz y contaminación ambiental irreversible, ambas dañinas para la vida y la convivencia. De esa forma se pulverizan los bienes inmateriales.
La movilización artística que vengo impulsando, es una tendencia que promueve el rescate, uso y promoción de los valores y beneficios artísticos, desde la cuna materna y en los propios hogares. En este caso, de todas las artes, ya que su inclusión es necesaria para el crecimiento y formación de los seres humanos. Así lo vienen comprendiendo miles de personas que ya integran la Comunidad Mundial de Motivadores Voluntarios de las Artes Básicas. rchv.
