Muchos analistas regionales dicen con justificado criterio que HAY RAZONES JUSTIFICADAS EN LOS RECLAMOS DE LAS POBLACIONES QUE VIVEN EN LA MACRO REGIÓN SUR DEL PERÚ, pues está a la vista de todos los problemas y las necesidades que hoy las agobian, ya que los diferentes gobiernos de los últimos 30 años, han tenido una actitud despótica y hasta vengativa con las regiones sureñas. No han logrado tener empatía, más bien los han tratado con desdén como si fueran poblaciones de tercera o cuarta categoría dentro las prioridades gubernamentales.
Sería largo enumerar las graves situaciones que afrontan, sin embargo, prefiero resaltar sus atributos, y por bendición divina, son poseedoras de territorios privilegiados con grandes y cotizadas riquezas naturales que con una buena y apropiada administración y explotación con valor agregado sería una fuente de recursos económicos para desarrollar y lograr bienestar en estas regiones. Además, son herederas de legados culturales asombrosas que podrían ser de atracción turística permanente, y cuyos beneficios elevarían las condiciones de vida.
Como he dicho, las malas administraciones del Estado, han originado que la macro región siga postrado en un ambiente adverso de carencias, limitaciones y perjuicios. Ojalá, que los nuevos gobiernos nacionales sean más afectivos con las demandas del gran sur, escuchen sus reclamos, y tomen decisiones acertadas. No se puede seguir con políticas de despojo, imposición, ni represalias a quienes con justificado saber y sentir exigen mayor atención y justicia.