Aunque los 18 ciudadanos tienen legítimas aspiraciones para ocupar el más alto cargo público, como gobernante de un país llamado Perú, no todos tienen las calificaciones, los méritos ni las habilidades de estadista para conducir una gran nación de 33 millones de habitantes. Además varios de ellos tienen un pasado ensuciado por la corrupción.
El 11 de abril próximo, la población peruana elegirá a un presidente y 130 congresistas, y quizás sea necesario una segunda vuelta pues ninguno alcanzará la mayoría, vista el sondeo preliminar que se conoce. La campaña y la elección son diferentes a los años pasados debido a la presencia de una pandemia y hasta los debates fueron muy pobres en propuestas de gobierno.
Confío, que mis compatriotas sabrán elegir a la persona apropiada para no lamentar después, sin embargo hay que tener en cuenta que hay un consenso para modificar algunos artículos de la constitución política debido a que causan controversias y facilitan la corrupción, además hay evasión tributaria y sin penalidad para los que hurtan y despilfarran el erario en contubernio con jueces, policías, y autoridades de alto rango. Además, hay una permisibilidad para el saqueo y la concesión de los recursos naturales en forma ilimitada.
Finalmente, espero que el nuevo presidente sepa conciliar con las fuerzas perdedoras y así tener una armonía con el parlamento. BUENA SUERTE PERUANAS Y PERUANOS.
