No es jactancia afirmar que tuve una vida marcada por un código personal, el mismo que ordenó mis decisiones y gracias a ésa determinación, puedo decir que hice de mi existencia, tanto personal como profesional, un cúmulo de experiencias propias, que me diferencian de otros profesionales de las bellas artes.
Por ejemplo y tal como relato en mi libro VOLUNTARIADO ARTÍSTICO, he desempeñado una misión personal ad honoren, bajo cuenta y riesgo propios. Me había propuesto ser útil a la sociedad, siendo un individuo de servicio hacia lo demás, antes que ser un buscador de privilegios, fortuna, fama ni honores.
Así, durante más de 20 años, entregué conocimientos y habilidades para afirmar una postura voluntarista, y demostrar a la población que es posible vivir de manera distinta y con objetivos supremos, alejados del nefasto egoísmo y los invidualismos que imponen las sociedades de consumo como el nuestro.
Ser voluntario artístico, me ha dado una energía positiva, a la vez me ha permitido descubrir que hay alternativas de fondo que pueden cambiar el temperamento y las aspiraciones de la sociedad, ésa que hoy está contaminada por todas partes. En los días siguientes y a solicitud de amigos y colegas, seguiré pregonando las bondades del ser voluntario por decisión y convicción.
