En pleno siglo XXI, que se dice es la revolución del conocimiento, parece que en campo de la política peruana se va por el camino opuesto, es decir por el desprecio al conocimiento y a la meritocracia. Por eso hoy se sigue tomando el despreciado camino de la adulación o la "sobonoría", y quienes la ejercen son personas indignas que usurpan o asaltan los cargos públicos con altos sueldos, que en el Perú se denomina Cargos de Confianza o designaciones a dedo y por amistad.
En efecto, en el gobierno actual como en los pasados, la adulación es una práctica común, y nadie se atreve a modificarla, a pesar de conocerse sus graves afectaciones a la vida pública y a la forma de gobernar y manejar el erario.
Hoy tenemos una enorme cantidad de sobones y aduladores distribuidos en todos los cargos y niveles de las administración pública, y cuyo rol principal es sobre elogiar a quienes le deben favores, es decir asumen papeles ridículos de sumisos seres humanos que pierden toda dignidad, ética y decencia, para convertirse en individuos serviles, despreciados y peligrosos.
ESPERO QUE EN EL FUTURO, DESAPAREZCA EL ADULISMO Y LOS ADULADORES, Y POR FIN TRIUNFE LA MERITOCRACIA EN LA ADMINISTRACIÓN DE LA NACIÓN Y DE LA VIDA DEMOCRÁTICA.