La expoliación es una forma secreta de sometimiento y despojo principalmente de los recursos naturales de una nación, y procede sin consultas ciudadanas previas. Lo hacen gobiernos autoritarios y entreguistas que traicionan a los intereses nacionales y el bien común, es decir expoliar se convierte en un método usado por gobiernos insensatos, dependientes, sumisos y anti nacionalistas.
En el Perú, la expoliación viene desde la colonia cuando foráneos se apropiaron de las riquezas nativas por el miedo y el castigo, y en los tiempos actuales pervive esta mañosa forma de gobernar pues ahora se hace mediante leyes y con las fuerzas armadas y policiales. Entonces, hay una expoliación sofisticada pero siempre dañina y muy peligrosa para el futuro territorial y social del país.
Las políticas y leyes expoliatorias se elaboran en los lujosos escritorios de la burocracia montada por el centralismo capitalino en favor de intereses particulares principalmente corporaciones foráneas. De esta manera la propiedad territorial y las riquezas naturales son entregadas en concesiones y remates sin consultas a la población nacional que es dueña real de los bienes materiales e inmateriales del país. Además, tal entreguismo se garantiza con el apoyo de los demás poderes del Estado.
Hoy tierras de la Amazonía, los Andes y hasta las aguas del mar, pueden ser fácilmente vendidas a postores y negociantes que buscan el lucro, antes que el bienestar humano de los habitantes de una nación.
Espero que en adelante, en el Perú las cosas y las decisiones gubernamentales tengan otra visión de desarrollo y prosperidad, y que ese futuro esté sostenida en la inventiva, en el descubrimiento científico, en planes productivos innovadores como el fomento del turismo vivencial y de todas las culturas vivas que hay en los pueblos rurales.
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