jueves, 7 de diciembre de 2023

DECADENCIA DE PERSONAS EN LAS ALTAS ESFERAS DEL PODER

 Como verán mis opiniones están centradas en observar con ojos y mentes críticas aquello que hace daño  a la vida democrática de una nación como es mi país Perú, y que como he dicho muchas veces NO merece ser castigado por los sucesivos errores de quienes lo dirigen como autoridades en los tres poderes del Estado.

Las personas que ocupan altos cargos como presidentes, ministros, gobernadores, jueces, congresistas, son individuos que en su mayoría integran una generación de 50 a 70 años, que es resultado de una etapa crítica de corrupción generalizada que ya tiene 30 años (1990-2020). En este tiempo negro se han pervertido al extremos los valores humanos, culturales, profesionales, empresariales, jurídicos, políticos, sociales ,y civiles. Por eso, hoy se normalizan los vicios, defectos y delitos como si se tratara de algo necesario y común.

En el país hay una notoria crisis de personas y esa crisis es destructora de las instituciones y una institucionalidad debilitada y corroída no puede tener un funcionamiento apropiado, al contrario generara mayores falencias, por tanto va camino al fracaso  pues agravará la crisis y la desgracia que afectará a la población.

Vemos con asombro el cómo en la ciudad capital Lima, (heredera de un virreinato y de una vieja oligarquía centralista y racista), se producen los actos humanos más atroces de degradación humana, donde todo puede ocurrir debido  a la pervivencia de conductas  que sólo perpetúan una descomposición social y humana anormal. Y por desgracia las provincias imitarán lo que ocurre en la ciudad capital.

Espero, que las nuevas generaciones, haciendo uso de sus propias energías de reacción puedan revertir la profunda crisis de personas, y así recuperar los valores humanos genuinos que ayuden a poner las bases de un futuro con real desarrollo y bienestar para todos. Aquí, los hogares peruanos tienen que jugar un rol de primer orden en la formación de personas con vidas honestas, leales y fuertes con apego a los principios democráticos. de una convivencia civilizada. QUE ASÍ SEA.