domingo, 11 de julio de 2021

TRISTE OCASO DE UN ESCRITOR PERUANO-ESPAÑOL

 Desde el exterior y frustrado Mario Vargas Llosa y su hijo Alvaro, han caído en sus propios tormentos y fantasías, al saber que su candidata Keiko Fujimori ha perdido en las recientes elecciones presidenciales peruanas. Aquella a quién antes hostigaban y descalificaban por ser hija de un dictador y tener acusaciones judiciales por corrupción, pues ahora la santifican como una lidereza de la democracia en el Perú. Además, la campaña de Fujimori tuvo  el apoyo de la prensa, el dinero de los grupos económicos y  de algunos politiqueros conocidos, hechos que al parecer le dieron mala suerte.

Y como agoreros y apocalípticos anuncian públicamente que la democracia y las libertades acabarán, haciendo una analogía con Venezuela y Nicaragua. Situación que no ocurrirá porque el Perú, es una nación distinta y única, que tiene derecho a construir y fortalecer su propia democracia. Pero, no aquella democracia elitista corrompida y diseñada por la oligarquía limeña,  que sigue gozando de privilegios y favores legalizados.

Posturas y alianzas  políticas de este tipo en nada contribuyen para construir y fortalecer la débil democracia peruana, más bien la distorsionan porque  hacen aflorar pasiones y creencias equivocadas, y por cierto aumentan: el desgobierno, el libertinaje, la doble moral, las perversiones y la monstruosa corrupción.

En lo personal, lamento aquel papel desastroso, pues creo que la vida intelectual es un inmenso campo de delicias, así lo hacen muchos autores alrededor del mundo, que eligen el camino del honor y la gloria, pero es distinto y triste cuando se eligen caminos torpes y degradantes pues sin quererlo se decide acabar los días con un repudio o desprecio colectivo, principalmente de mujeres y hombres del lugar donde se ha nacido.