viernes, 10 de marzo de 2017

ESTOY AVERGONZADO Y TRISTE: Me siento Traicionado

Como ciudadano elector, que ha vivido más de seis décadas, con un desempeño profesional independiente y mayormente dedicado al voluntariado cultural y artístico; además siendo testigo viviente del rol de siete gobiernos de turno en mi país Perú; me siento defraudado, apenado y furioso por la TRAICIÓN y el OSCURANTISMO con lo cual han manejado la hacienda pública.

Los humanos que hemos tenido una vida basada en valores sólidos desde la cuna materna, y en lo particular, el haber tenido un código de vida y desempeño personal, basado en una trilogía de valores: Simplicidad, Autenticidad y Resiliencia, nos sentimos irritados y muy avergonzados por la conducta impropia y el camino equivocado que han seguido los caudillos de la élite política, aquellos  que decidieron el destino de nuestra querida patria.

Según revelaciones recientes, no sólo han regalado las riquezas naturales a postores foráneos, además ha recibido SOBORNOS y COIMAS,  en las licitaciones de las obras más grandes de infraestructura civil, cuyas inversiones superan los 100 mil millones de dólares, en los últimos veinte años. 

Estos actos sucios y penales de  corrupción, no sólo han destruido la moral de la ciudadanía, sino que han frenado el desarrollo del país, tal como se observa en la realidad del presente. Los hospitales están abandonados, la miseria se multiplica, la violencia aumenta, faltan escuelas en la sierra y en la amazonía,  los caminos se destruyen por falta de mantenimiento, y lo peor la maldita corrupción se ha multiplicado en todas las instituciones gubernamentales y algunas privadas. Allí todo funciona con un soborno y con otras artimañas vedadas.

Ciertamente, no vasta estar triste, avergonzado y frustrado, tampoco de protestar en las calles o en los medios. Tenemos que reaccionar con inteligencia y pasar a ser EDUCADORES Y FORMADORES de un perfil humano mejorado con el imperio de valores civiles y humanos, y si ellos son fuertes, serán la coraza suficiente para repeler cualquier insinuación al delito o la maldad.

Los invito a ser PREGONEROS PERSISTENTES de lo justo, lo correcto, lo humano, lo sensato; del equilibrio, de la creatividad, del saber verdadero, y del bien común. Son ellos los que pueden finalmente ser la energía poderosa que cambie el rumbo equivocado de hombres y mujeres perversos e invadidos por el egoísmo y la codicia.

Aún estamos a tiempo de proyectar y seguir un camino de esperanza y para ello hay que corregir los errores del pasado, tomando conciencia de lo fatal y pernicioso de las cosas y los hechos ocurridos. (RCHV).