He dicho muchas veces que me siento feliz de haber cultivado con tenacidad y audacia varios valores en mi vida personal, familiar y profesional, y no dudo en afirmar que he convivido marcado por dos cualidades sobresalientes que ahora puedo exhibir en el tiempo como son: SIMPLICIDAD y AUTENTICIDAD, y ambos mis dos preciados trofeos.
Gracias a estos dones, que para mi fueron poderes, pude descubrir detalles no conocidos de la existencia humana, y también conocí la profundidad de la convivencia con todos sus rigores y beneficios, así mismo pude ejercer plena libertad en mis pensamientos y acciones. Todo ello me llevó a concentrar mi energías en la acumulación de bienes intelectuales antes que bienes físicos o materiales. Luché contra todas las costumbres heredadas y renuncié con valor a los privilegios que ofrece la vida corriente o periférica.
Dediqué más tiempo a empoderar el mundo interior antes que a las apariencias externas, y todo lo que conocí y aprendí fueron gracias al auto esfuerzo. Esta forma de vida, me llevó a explorar varios caminos y también proyectar un conjunto de alternativas, no sólo en mi profesión, sino aplicables a otras labores. Allí surgió la frase: "Mientras otros se esfuerzan por acumular bienes materiales, yo dediqué más tiempo a proveerme de bienes inmateriales".
Creo que la demostración más evidente de mi actuación pública y privada que sintetiza los valores que he asimilado, se aprecian con claridad en los 30 años de voluntariado cultural y artístico que acabo de cumplir. Tres décadas de servicio ad-honoren a la sociedad. es un logro excepcional que difícilmente podrá repetirse.
Simplicidad y Autenticidad, me han permitido ser UNO MISMO, gozar de la felicidad en el cumplimiento de labores creativas y así realizar con plenitud mis inquietudes y anhelos. Y mientras tenga vida lo seguiré haciendo hasta el final.